Escapadas espectaculares por Cataluña

Escapadas espectaculares por Cataluña

Playa salvaje del Trabucador.

 

De los cientos de playas que tiene el país, encontraréis una que no se parece a ninguna otra. Es la playa salvaje del Trabucador, también llamada playa del Aluet, o, como muchos la conocen por las latitudes ebrencas, la playa de los Dos Mares. ¿En qué radica su singularidad? Si buscáis un mapa del delta del Ebro, enseguida lo entenderéis: esta playa es la estrecha franja que une el Delta con la península de la punta de la Banya. Tiene seis kilómetros de largo y una anchura media de cien metros. Remojando un lado queda el Mediterráneo abierto y, al otro, las aguas de la tranquila bahía de los Alfacs. A todo ello le sumamos que es fácil observar aves de todo tipo. Encontrarás muchas excursiones a pie o en bicicleta que se pueden hacer por el delta del Ebro y que permite conocer las salinas, la pesca tradicional y los pájaros que viven o pasan por el Parque Natural.

La Tor de Querol – El ‘catric-catrac’ del Tren Amarillo.

 

Es la línea de tren que sube más arriba de todo el Estado francés, y la que cruza por algunos de los parajes más bonitos. A pocos kilómetros de Puigcerdà, en la Tor de Querol, el Tren Amarillo tiene la estación de inicio (o final) de recorrido, y –os lo recomendamos de todas todas– si el tiempo lo permite, instalaros en uno de los vagones descubiertos que hay. El viaje es un placer, atravesando un montón de túneles y de vertiginosos viaductos, pero también lo es visitar algunas de las poblaciones del camino, como Font Romeu, Montlluís y, sobre todo, Villefranca de Conflent, detrás de la estación del Tren amarillo. Villafranca tiene atractivos para pasar un día entero: están las Canaletas, unas magníficas cuevas llenas de estalactitas y estalagmitas y galerías espectaculares; hay también el fuerte Liberia, una fortificación que domina toda la villa y a la que está unida por 734 escalones en la montaña, y el núcleo de Vilafranca, amurallado.

Carros de fuego – Parque Nacional de Aigüestortes y el Lago de San Maurici.

 

No descubrimos nada si os decimos que están de moda las travesías de montaña, ya sea haciéndolas tranquilamente o bien forzando la máquina e intentando batir registros personales. Pero más allá de las modas, hay itinerarios que hace años que se han convertido en clásicos, y quizá este verano tenéis el tiempo (y las fuerzas) que a veces no se tienen durante el transcurso del año y os atrevéis a emprender la aventura. Uno de los grandes clásicos tiene nombre de película: ‘Carros de fuego’. Transcurre por el bellísimo Parque Nacional de Aigüestortes y el Lago de San Maurici, cubre 55 kilómetros y tiene un desnivel acumulado de 9.200 metros. Otro dato que se da siempre: pasa por nueve refugios, todos ellos situados por encima de los 1.900 metros respecto del nivel del mar. Planificad bien la ruta –os recomendamos, si vuestro objetivo no es conseguir registros, hacerla con toda la tranquilidad e invertir entre cinco y nueve días–, tomad un mapa, buen calzado, reservad noche en los refugios … y comenzad a caminar para sorprenderos con los paisajes pirenaicos!

 

Observatorio Astronómico de Castelltallat.

 

¡¡Os gusta mirar al cielo!! Lo que seguro que podréis observar en la bóveda celeste de Castelltallat, en el Bages, si las nubes no lo impiden, son estrellas, nebulosas, planetas y satélites. Un espectáculo magnífico en un lugar alejado de la contaminación lumínica. En el Observatorio Astronómico de Castelltallat organizan el bautizo del cielo, con reserva previa y para grupos de al menos diez personas. Si apostáis por vacaciones en esta zona, también podéis ir a visitar el castillo de Cardona , el imponente castillo se comenzó a construir hace dos mil quinientos años y durante la edad media fue la residencia de los señores de Cardona. Y también las minas de sal de esta población, muy cerca de Castelltallat.
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