Las 5 mejores rutas Salvajes, en coche por Cataluña

Las 5 mejores rutas Salvajes, en coche por Cataluña

Terra Alta la gran desconocida.

Un recorrido entre viñas, molinos y bodegas por la Terra Alta, una comarca plácida y luminosa que tiene un universo patrimonial por descubrir.

Es una comarca de  la provincia de Tarragona. La capital de la comarca es Gandesa.​ Su nombre se asocia a la producción vinícola, la cual cuenta con el reconocimiento de una denominación de origen.

Sus municipios, Arnes, Batea, Bot ,  Caseras, Corbera de Ebro, La Fatarella, Gandesa, Horta de San Juan, Pinell de Bray, Puebla de Masaluca, Prat de Compte, Villalba de los Arcos.

Muchos empiezan a decir que la Terra Alta es la Toscana catalana. Un territorio que exalta la esencia mediterránea en sus paisajes, en su gente, y también en la calidad de su aceite y su vino. De la misma manera que la luz de esta zona italiana inspiró a genios como Leonardo Da Vinci o Miguel Ángel, los paisajes, las formas redondeadas de las montañas y la luz de la Terra Alta, también han seducido a artistas como, por ejemplo, Pablo Picasso. La Terra Alta, ahora, es uno de los lugares de Catalunya más vírgenes si lo comparamos con su potencial cultural, natural y gastronómico.

Muchos empiezan a decir que la Terra Alta es la Toscana catalana. Un territorio que exalta la esencia mediterránea en sus paisajes, en su gente, y también en la calidad de su aceite y su vino. De la misma manera que la luz de esta zona italiana inspiró a genios como Leonardo Da Vinci o Miguel Ángel, los paisajes, las formas redondeadas de las montañas y la luz de la Terra Alta, también han seducido a artistas como, por ejemplo, Pablo Picasso. La Terra Alta, ahora, es uno de los lugares de Catalunya más vírgenes si lo comparamos con su potencial cultural, natural y gastronómico

Los secretos del Pallars Salvaje y los Pirineos.

Si quieres realizar una escapada Pirineos catalanes, tienes un montón de opciones y oportunidades, tanto en la Cerdanya como en el resto de comarcas catalanas por las que se expanden los Pirineos. La geología nos ha regalado todo un mar de montañas impresionante, que, a su vez, están habitadas por una fauna, una flora y una historia maravillosas. Un auténtico placer para los sentidos y un paraíso donde refugiarse.

Una ruta completa para visitar y conocer a fondo la Cerdanya tiene que empezar en Prullans. Allí encontraremos el mejor sitio para desconectar, allí mismo encontramos los miradores del Pla de l’Àliga: una ruta circular de menos de 5km en la que se puede gozar de unas vistas espectaculares desde 4 miradores distintos, que ofrecen una vista completa de 360º.

Tampoco puedes dejar de pasarte por el mirador del mismo pueblo de Prullans, a la vez que descubres todos los rincones del pueblo y sus alrededores. Y otra opción muy recomendable es acercarse a los lagos de la Pera. Dos lagos preciosos, escondidos cerca del refugio del mismo nombre.

Dirígete hasta el corazón de los Pirineos catalanes: el lago de Sant Maurici. Se trata de uno de los lugares más emblemáticos de los Pirineos.

También es de obligada visita el resto del Parque Nacional de Aigüestortes, con sus más de 200 estanques y lagos, es uno de los parques nacionales de España más impresionantes, también alberga un sinfín de patrimonio románico y prerrománico.

Así pues, esta comarca ofrece dos alternativas para el último día de la ruta. O bien puedes hacer un tour cultural por las distintas iglesias románicas de la zona, y en el que no te puedes saltar la de Sant Pere de Burgal. O bien puedes hacer una última excursión: desde Esterri d’Àneu (en el que encontrarás también el Ecomuseo) y hasta Sort, uno de los pueblos con más encanto de Lleida.

Os recomendamos visitar también la Vall de Boí, el Congost del Mont-RebeiPueblo de Salàs de Pallars, La Pobla de Segur, Estany de Moncortès, Gerri de la Sal.

Las mejores Cales Salvajes de la Costa Brava«Alt Empordà».

Es la zona de costa que va desde Blanes a Protbou, ya en la frontera de Francia. Estos 214km de costa abarcan pueblos de distintas comarcas, el Alt empordà (alto empurdán), Baix empordà (bajo empurdán) y la Selva.

Peratellada. Es una localidad pequeñita que en apenas una hora o dos se ha visitado. Pero es un lugar de cuento, realmente embriagador. Todas sus calles están empedradas y las casas son en esa piedra tan característica del Mediterráneo.

Como váis en coche, tenéis que tener en cuenta que no es posible aparcar dentro del casco antiguo, hay dos parkings de pago habilitados para vehículos a las afueras. No hay mucha más opción para aparcar, pero merece la pena ir hasta allí.

Cala S’Alguer. Se puede llagar en coche hasta muy cerca a través de una pista sin asfaltar que coges desde La Fosca. Esta pequeña cala de piedras está rodeada de casitas pesqueras blancas con puertas y ventanas en alegres colores. Es muy tranquila, sólo están los vecinos que seguramente estén disfrutando de un aperitivo o una comida en el procede su casa. Para bañarse es recomendable ir con calzado de agua para no resbalar con las piedras, aunque también es posible descalzo si vas muy despacio y con precaución.

Cala Sa Tuna. Otra calita muy pequeña aunque es bastante conocida en la Costa Brava no podemos dejar de recomendarla. Pertenece a la localidad de Begur aunque hay unos 10 minutos en coche desde esta. Se baja una montaña por una serpenteante carretera siguiendo las indicaciones a Cala Sa Tuna, y se llega hasta este magnifico rincón. Otra vez encontramos esas casitas mediterráneas con tanto encanto que consiguen que cualquier rincón sea digno de mención. Es un lugar muy popular y a diferencia de la anterior, aquí si hay restaurantes y algún comercio.

Pals es un conjunto monumental que tampoco te puedes perder. Deambula por su barrio gótico. Disfruta de una villa de calles empedradas y arcos de medio punto, de las tumbas de la calle Mayor o de su Iglesia de Sant Pere. Aprecia por doquier las fachadas con ventanas ojivales y balcones de piedra. Presta atención a la muralla de la ciudad, dispone de cuatro torres cuadradas del siglo IV.  No te pierdas pasear por los alrededores hasta llegar al mirador de Josep Pla. Aquí te toparás con un paisaje muy similar a muchos pueblos de la Toscana de Italia. Paseando por Pals, no pasan desapercibidos los campos del Ampurdá, los paisajes, la esencia del lugar en las terrazas de la plaza Mayor.

 

 

 

 

 

 

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